Solo unos cuantos días antes de morir,
el cantante de corridos tumbados Chuy Montana auguraba que "la cosa pronto iba a mejorar", luego de dejar de cantar en las calles para convertirse en una promesa del regional mexicano. El joven de 25 años habría sido secuestrado y supuestamente se arrojó del auto en el que iba con sus presuntos captores.